martes, 20 de marzo de 2012

~Just love ∞

He creído que lo mejor sería dejar de creer en el amor por un tiempo. Y, así lo he hecho. He intentado que todo fuera tal y como surgiera, que solo la persona adecuada me hiciera creer en él, pero pensaba que tardaría más tiempo en volver a aparecer ese sentimiento que mucha gente lo califica como bonito. Y es que está aquí hace cuestión de días y semanas. Y me estoy empezando a dar cuenta ahora. Cuando estoy hasta las trancas, cuando sonrío por todo, cuando quiero que el tiempo nunca pase, cuando veo que realmente soy feliz con lo poco que me dan, cuando me doy cuenta de que hasta el cielo tiene su parte encantadora, cuando me doy cuenta de que siento una felicidad extrema, sin confiar 100% en todo lo que te está pasando por miedo a caídas del pasado, sabiendo que tal vez sea una estúpida soñadora.

jueves, 8 de marzo de 2012

Y vuelven a mí las preguntas que siempre me he hecho. ¿Por qué no volviste en el momento adecuado? ¿Por qué te fuiste así sin hacer nada? ¿Por qué vuelves días, meses o años después para hacer con mi cabeza quien sabe qué?  Es que sin ser consciente de ello poco a poco he ido diciéndote adiós desde mi corazón, tal vez sin quererlo pero sabiendo que así por fin, podría ser feliz; por lo que siempre un día luché y que un día nublado conseguí. Y ahora vuelves, como si nada de esto hubiera pasado, como si tuvieras el cielo ganado, como que yo tengo que perder muchas más cosas tuyas pero que tú vienes con la seguridad de ganar muchas mías y no es así; porque a lo mejor deberías plantearte si te queda algo por perder mío. Todo esto lo hice y lo hago  sin rencor. Porque un día estuve o creí estar enamorada de ti. Fui una adolescente que hizo locuras por amor de las que no me arrepiento. Y, en ocasiones, escucharás decir que no quiero oír hablar de ti pero recuerda que cada vez que hable de ti mis ojos se iluminaran como no lo han hecho con nadie tan solo por la ilusión que un día me diste.

lunes, 27 de febrero de 2012

El miedo a querer. Ese miedo es peor que el miedo a la oscuridad, a las alturas, a los payasos, al hombre del saco y a todas las cosas con las que nos asustan cuando somos niños pequeños. Ese miedo a sentir el rechazo, el miedo a sentir demasiado por una persona que no sabes si de verdad siente algo por ti. Ese miedo a que te hagan daño como siempre te lo han hecho sin saber controlar lo que sientes. Esa maldita rabia que sientes cuando sin querer por cualquier tontería que haga sonríes; una tontería que te hará la chica más feliz durante un día. Y eso es lo peor, que te ilusionas para luego llevarte un buen golpe.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Veremos las estrellas juntos y, mientras nos besamos, pasaran por esa cúpula celeste que nos rodea miles de estrellas fugaces que harán cumplir todos y cada uno de nuestros sueños y deseos. Seremos fiel el uno al otro y, juntos nos fundiremos en millones de noches sosegadas que se convertirán en noches efusivas y apasionadas. Amarnos prometimos cerrando un candado haciendo que  su llave la guarde nuestro corazón para siempre. Seremos libres, pero estaremos encadenados; enganchados a los besos, las caricias, las promesas, los abrazos, los deseos, el placer, como nos engancharíamos a cualquier droga adictiva. Viajaremos a un mundo donde todo lo que nos una haga que nunca nos canse,  nos separe ni nos amargue; que nada acabe con nosotros o con lo que un día llamamos nuestro y con lo que un día cualquiera nos unió por causa del destino o por quien sabe que razón.

viernes, 10 de febrero de 2012

He sufrido, he amado, he gastado días y los días han gastado mi felicidad. He llorado y he reído, he contestado y he callado, he sido buena y no han sido buenos conmigo. He creído en el amor y ya no creo en nada debido a derrotas de batallas interminables, pero todas fracasadas. He creído en los príncipes azules pero he entendido que yo no quiero uno de esos. He comprobado que cuando tienes tu máximo esplendor de felicidad la montaña desciende en picado. Me he advertido a mí misma de todo lo que se podría venir encima y por creer en la felicidad y en el amor me llevé grandes hostias. He derramado lágrimas y no creo que nadie haya derramado lágrimas por mí. Cuando creemos en el amor, aferrándonos a un clavo y no lo soltamos; nos enganchamos. Es como el tabaco, cuando empiezas con ello luego no lo puedes dejar. Es una droga que acaba matando pero que en ocasiones es capaz de llegarte a quitar las penas y darte una gran felicidad; demasiado comparado con el amor. He sido traicionada y me han clavado espadas por ese amor que no puede consolar al corazón; porque es efímero, no es verdadero, tan solo es un juego. Un juego en el que uno de los partícipes acaba perdiendo e incluso muerto de dolor. Han luchado contra el sentimiento profundo que guarda mi corazón bestias indomables que por hacerme feliz casi arrastran al infierno mi alma. No tuvieron intención de hacer otro intento porque sabían que ni las miles llaman que arden duraderamente en el infierno no podrían llegar a quemar este sentimiento, ni este dolor que agudiza cada día más y más en el corazón.