Veremos las estrellas juntos y, mientras nos besamos, pasaran por esa cúpula celeste que nos rodea miles de estrellas fugaces que harán cumplir todos y cada uno de nuestros sueños y deseos. Seremos fiel el uno al otro y, juntos nos fundiremos en millones de noches sosegadas que se convertirán en noches efusivas y apasionadas. Amarnos prometimos cerrando un candado haciendo que su llave la guarde nuestro corazón para siempre. Seremos libres, pero estaremos encadenados; enganchados a los besos, las caricias, las promesas, los abrazos, los deseos, el placer, como nos engancharíamos a cualquier droga adictiva. Viajaremos a un mundo donde todo lo que nos una haga que nunca nos canse, nos separe ni nos amargue; que nada acabe con nosotros o con lo que un día llamamos nuestro y con lo que un día cualquiera nos unió por causa del destino o por quien sabe que razón.
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