Bajo ese manto negro que está nublado descansan más de un millón de personas. Unas con mucha suerte y otras con tan poca que ni las estrellas fugaces que cada noche pasan por esa cúpula saben quitársela. Día tras día, cada vez caen más en esa maldita soledad. Hoy nada más levantarme lo primero que he hecho es abrir la persiana para poder contemplar ese sol radiante que solía entrar en el verano cuando tenía una sonrisa enorme en mi rostro porque él estaba a mi lado; pero hoy no era uno de esos días. Hoy todo era gris, el cielo estaba negro y sabías que algo te faltaba. Empezaba a llover y has comprendido que el invierno está a punto de llegar. Ese maldito invierno que es frío y que siempre pasas sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario