Todo comenzó un veinticuatro de agosto del 2006, cuando yo tenía nueve años y él, dos más, 11. Ese día, en unas escaleras, por la luna, con esa luna anaranjada en los días de verano,me pediste que fuera tu novia aunque te daba un poco de vergüenza; pero aun así lo hiciste. Te dije que no. Pues la verdad no tenía mucho conocimiento, mucha experiencia y mucha madurez. Aun así seguíamos siendo amigos, aunque no entabláramos mucha conversación. Te conocía de haberte visto otra veces por aquel lugar. Y nunca llegué a pensar que serías especial para mi, hasta ese veinticuatro de agosto. Porque ese día, no sé lo que hiciste, pero me arrancaste un pedacito de mi corazón; y te lo llegaste contigo. Me demostrabas que me querías con tus actos antes de verme y por las cosas que hacías con nuestras iniciales; G2. Escribiendo en nuestros brazos cada uno el nombre del otro. Cuando te miré a los ojos por primera vez, me puse nerviosa, colorada; y es que el corazón empezó a bombear fuertemente. Su mirada me hizo grande. Me sentía afortunada de haber podido contemplar mirada tan perfecta, tan encantadora, tan brillante, seductora, excitante, que me ataba y a la vez me mataba; esa mirada que deslumbraba.Ese mirada que no ha cambiado con el paso de cinco años.
Y ahora las cosas han cambiado. Ya no somos niños pequeños, sin madurez y poco conocimiento. No. Ahora hemos crecido. Los dos hemos cambiado. Somos cinco años mayores por los que han pasado momentos bueno y momentos malos, personas que han dejado huella en nuestra vida y que por diferentes motivos se han ido, fiestas, botellones, tardes en la piscina, en el cine, en el parque... Y llegamos hasta nuestros días.
Hoy veinticinco de abril del 2011, te sientas en un banco y empiezas a pensar en que ese chico nunca se fue de tu cabeza, porque siempre tuvo, por mínimo que fuera, un sitio en tu mente y en tu corazón para poder pensarle; por muchos tíos que hayan pasado por tu vida durante los últimos cinco años. Porque en verdad le quieres, porque incluso cuando estas a su lado le echas de menos. Pero las cosas salen totalmente distintas a como nosotros las planeamos o deseamos. La vida nos lleva por el sendero que ella elija. Y si no he estado con él será casualidad o causa del destino. Pero ya llegará el momento. Mientras tanto a VIVIR la vida.
Ya que todo esto empezó antes de lo que pensáramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario